Hace poco leí que una de las principales búsquedas en Google durante el pasado año fue “Cómo ser más carismático”. De hecho era la más buscada en la categoría “Cómo ser…”.

Este dato nos lleva a concluir la importancia que le damos al carisma en la sociedad actual y en las relaciones tanto profesionales como personales, y la pregunta del millón es ¿se hace o se nace carismático?

Entre los “consejos” que podemos encontrar en la red para aumentar nuestro carisma tenemos los tan habituales como:

  • Da la mano con decisión
  • Sonríe
  • Sé ingenioso
  • Elogia a los que te rodean
  • Mantén contacto visual con tu interlocutor
  • Recuerda y repite su nombre
  • Habla con confianza
  • No muestres nerviosismo con tus gestos
  • Ten un amplio vocabulario
  • Mantén un tono de voz sin titubeos
  • Y un largo sin fin de otros trucos, técnicas, claves, herramientas, etc. que te convertirán en una persona con un carisma apabullante. 😉

Allá por 1995 comencé mis clases de interpretación vocal con Carlos Infante, mi mentor durante cuatro años.
Infante siempre nos contaba que cada actor debe encontrar su falsa naturalidad, su registro desde el cual emocionar a la audiencia sin poner toda su carne en el asador.
Sin ánimo de contradecir a mi Maestro, 22 años después comprendo que la falsa naturalidad siempre será por definición falsa, y no hay nada menos carismático que la falsedad.

He conocido personas tremendamente carismáticas que sonríen poco y que elogian solo cuando realmente su corazón les pide emitir un elogio. Y quizá en esos efímeros detalles reside su fuerza y su carisma. Su autenticidad.

Reduciría toda la lista enumerada al principio de este artículo precisamente a eso: SÉ AUTÉNTICO.
Encuentra y potencia tu autenticidad, tu unicidad, tu singularidad. Que no tiene por qué ser la misma en todas las circunstancias.
Si te apetece sonreír, sonríe.
Si te apetece hablar, habla.
Si te apetece mantenerte en un segundo plano, adelante.
Siempre con educación.

Juancho Calvo, director de cine y series de televisión, y mentor mío en interpretación a cámara, me dijo en una ocasión: “Mamen, el público no quiere ver tu técnica, quiere ver tu corazón”.
Y quizá ese sea el mayor “truco” para ser carismático, mostrar tu corazón con sus altibajos, sin máscaras, sin narices rojas que no te pertenecen.

No hay nada peor en un escenario que desenmascarar la técnica del actor.
Y nada peor en el escenario de la vida que descubrir a alguien sin carisma queriendo tenerlo en base a artificios que no son suyos.

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